María Del Carmen
Largacha Mosquera
alumna grado 11° año 2012
La Institución Educativa Armando Luna Roa, está ubicada en el
antiguo Hospital San Francisco de Asís, al lado de la Cruz Roja; está pintada
de verde y crema, es de dos pisos, algunas áreas están construidas en madera,
pero la mayor parte es en concreto. El rector de mi colegio es sacerdote y se
llama Obdulio Mena Palacios, es una excelente persona. Me gustaría que todas
las instituciones tuvieran un rector como el nuestro.
Existen dos puertas de acceso, la una a un costado y la otra
en todo el frente, ambas enrejadas para mantener el control y brindar seguridad
a quienes estudiamos allí. Existe un bloque independiente del área donde están
los salones de clase, allí están ubicas la secretaria, la pagaduría y la
dirección que queda en un segundo piso; al lado de la secretaria está la puerta
para ingresar a la parte interna del colegio. En el centro del colegio está
ubicada la cancha.
En el área de aulas encontramos, en
el primer piso: la sala de profesores, la sala virtual, la coordinación de las jornadas mañana, tarde, y noche, los
baños, la orientación, la estación de radio, los laboratorios de química y
física, la sala de sistemas, el salón de artes, el salón donde se guardan los
implementos de educación física; en el segundo piso funciona la biblioteca. Las
aulas donde recibimos clases mis compañeros y yo en los diferentes grados que
funcionan en mi colegio, están ubicadas en ambos pisos. Una de las mejores
cosas que tiene mi institución es que ofrece tres jornadas: mañana, tarde y
noche, brindándole mayores oportunidades a quienes deseen pertenecer a ella.
Quiero destacar que yo estoy en el
grado 801 (año 2009) y si hay algo que sabemos hacer nosotros es divertirnos.
Cuando tenemos horas libres o en descanso y no tenemos nada por estudiar, nos
colocamos a escuchar cantar y trovar a varios de nuestros compañeros en
especial a Darwin y a Marlen quienes lo
hacen muy bien; cuando ellos se cansan nos colocamos a echar chistes y versos.
Una compañera que se llama Rosa Angélica sabe unos chistes muy buenos como este
“Había una vez dos culebras que se encontraron en el monte y una le pregunto a
la otra ¿Anaconda? Y la otra le respondió no Ana María”. Cuando no hacemos nada
de lo anterior, en descanso, algunos de nuestros compañeros juegan al fútbol,
otros nos sentamos en los muritos de los pasillos a verlos jugar, otros
prefieren caminar por los pasillos y algunos se sientan en la parte de afuera
del colegio. Difícilmente nos aburrimos.
Finalmente es indispensable hablar
del cuerpo de docentes que nos educan; ellos son bastante buenos y amables con nosotros,
nos tratan como si fuéramos sus hijos o algún familiar cercano; son tan
especiales con los estudiantes que siempre buscan la manera de ayudarnos a solucionar
nuestros problemas.
Por todo lo anterior, me siento muy
orgullosa y contenta de pertenecer a la Institución Educativa “Armando Luna
Roa” de la ciudad de Quibdó.