MARLEN YADIRA ASPRILLA MENDOZA

MARLEN YADIRA ASPRILLA MENDOZA

jueves, 12 de abril de 2012

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL CHOCÓ “DIEGO LUIS CÓRDOBA” 40 AÑOS SÍNTESIS HISTÓRICA (Tercera Parte)

                                                                                               Por: Cesar E. Rivas Lara
UN DETALLE

Un detalle interesante de aquellos tiempos difíciles, que me viene a memoria ahora cuando escribo estos apuntes,  es el siguiente: como no teníamos sede propia, el rector y su cuerpo directivo, del cual yo formaba parte como profesor fundador y director de la unidad académica de idiomas, iniciamos actividades administrativos en la oficina del doctor Luis Augusto Córdoba Mena, Fiscal del Tribubal Superior de Quibdó; corría el año 71. Pero después hubimos de trasladarnos a una caseta prestada que servía de garaje a la Corporación Para El Desarrollo del Chocó (Codechocó). Allí permanecimos hasta el 28 de diciembre de 1.972 cuando nos trasladamos a sede propia de la carrera segunda, en la edificación que el instituto compró a las Hermanas de La Presentación, por tres millones de pesos, precisamente, donde hoy funciona el Gimnasio de Educación Media, durante muchos años, anexo a la Universidad.

DE INSTITUO POLITÉNICO A UNIVERSIDAD. TECNOLOGICA

Mediante la ley 7a del 10 de enero de 1.975, emanada del Congreso de Colombia, el Instituto Politécnico Universitario se convirtió en la universidad tecnológica que conocemos hoy, la cual está muy bien posicionada a niveles nacional y departamental, convertida en motor de cambio y bastante comprometida con el progreso del Chocó. Tiene unos objetivos muy claros y una visión y una misión con alta capacidad de liderazgo científico, tecnológico y social, orientados hacia el conocimiento, manejo, aprovechamiento y conservación de nuestra diversidad ecosistémica y cultural, propendiendo por el mejoramiento de la calidad de vida de los chocoanos; pues, mediante el ofrecimiento de programas académicos de calidad forma lideres que, con su concurso profesional, cada día se vinculan al desarrollo de su región. Fue reconocida como universidad nacional  por resolución N0 3724 de 1993, emanada del Ministerio de Educación.

FACULTADES, PROGRAMAS E INVESTIGACIÓN

El Instituto politécnico que en 1972 inició, básicamente, con dos facultades y pocos programas, 24 docentes y 208 estudiantes, hoy convertido en universidad tecnológica, cuenta con 5 facultades y 21 programas, casi doce mil estudiantes y más de ochocientos profesores entre tiempo completo, medio tiempo y catedráticos. Ofrece estudios de especialización y maestría propios, y doctorados en convenio con otras universidades; por igual, cursos cortos y diplomados. La universidad tiene, además, programas de intercambio educativo y cooperación con universidades del interior y del exterior, y ha ampliado su cobertura a municipios, tales como: Riosucio, Nuquí, Ungía, El Carmen de Atrato, Bahía Solano y Lloró, Tadó, Bojayá e Istmina.

La universidad dado un paso grande en lo tocante a reformas académica y administrativa, lo mismo que en el proceso de sistematización y conectividad para ensancharse y contemporizar con otras instituciones de Colombia y del mundo. La universidad es centro de convergencia de eventos académicos, científicos y certámenes culturales.

En asuntos de investigación está bien referenciada. Ha obtenido el premio Nacional Al Mérito Científico y conformado buen número de semilleros de investigación en cada uno de sus facultades y programas. Cuenta, también, con buenos grupos en la materia, reconocidos por Colciencias. Actualmente se amplía la infraestructura física de la institución y se adelantan las construcciones del Polideportivo 

RECTORES

Su actual rector es el sociólogo Eduardo García Vega, quien ha realizado una buena labor en la institución. Lo han antecedido en el cargo, en debido orden:

-Juan Tulio Córdoba Lemus
O9-William Murillo López
-Féliz Etéreo Cuesta Asprilla(q.e.p.d)
-Diómedes Londoño Maturana
-Fausto Moreno Domínguez(q.e.p.d)
-Humberto Nariño Villamil(q.e.p.d)
-Héctor Damián Mosquera Benítez
-Julio César Halaby Córdoba(q.e.p.d)
-Horacio Ledezma Lloreda
- Fidel Quinto Mosquera
-Aureliano Perea Aluma(q.e.p.d) y
Jesús Lozano Asprilla

LA UNIVERSIDAD DE HOY

La universidad de hoy crece y progresa, y cada día adquiere más compromiso con su entorno, impulsando la academia y el conocimiento. Desde sus objetivos, su misión y visión, forma profesionales capaces y competitivos que se vinculan al desarrollo del departamento, en distintos frentes, contribuyendo así al cambio y mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.

Los procesos de autoevaluación que adelanta periódicamente, generan espacios de reflexión y le dan fortaleza y dinamismo suficientes, para proponer innovaciones curriculares,  que enriquecen  sus planes de estudio, contemporizando de esta manera con las exigencias académicas de los momentos actuales. La interacción armónica y metodológica, entre estos elementos, ha sido el pilar fundamental para la calidad académica que ofrece al Chocó y a Colombia.

En suma, La Universidad del Chocó es una institución que vive su propio proceso de renovación, y poco a poco se ha ido convirtiendo en un laboratorio de ciencia, tecnología y cultura, de puertas abiertas a la crítica y todos los saberes.   VIVA LA UNIVERSIDAD!

¿Ser o no ser? ¡Esa es la cuestión!


 Por: Daniel Isidoro Córdoba Córdoba

No soy un ser cuadriculado; prefiero,  sin querer ser un súper hombre, vivir mis propias experiencias; respirar la porción de aire que me ha sido destinada, y percibir la grandeza del universo a través de mi mortal figura corpórea.
Con gran añoranza, recuerdo como se fue gestando mi proceso de interacción con el mundo, y la manera tan decidida como acepté que mis padres me formaran en valores espirituales y morales, sometido ante la prueba de fuego más devastadora: la sociedad; en esta escuela de la vida, aprendí a pulir y fortalecer mi  carácter con profunda determinación.
Desde muy chico, a la edad más o menos de ocho años, ya me dedicaba a servir “a hacerle mandados” o “camarones” a la gente, de quienes obtenía desinteresadamente algún tipo de reconocimiento o estímulo. Todo esto lo hacía gracias a la condición activista de ser que me dio Dios, motivado, además, por la precaria condición socio—económica que marcaba, discriminaba y limitaba el alcance posicional de mi familia.
Toda esa dinámica a temprana edad me ayudó a formar carácter, templanza, determinación, sobriedad y benevolencia, por lo tanto, también “un estilo propio” fundamentado en la lógica de la aceptación y el reconocimiento a Dios, y la valoración y el respeto hacia los demás, sin importar sus inclinaciones ideológicas como conjunto de creencias y valores a partir del cual cada individuo se construye y se presenta ante el creador y ante el mundo. Mas, eso no significa que comparta las anquilosadas, reprimentes, y excluyentes posturas ideológicas que con su decir y actuar niegan la existencia del altísimo y arremeten como insaciables y devoradoras fieras contra la dignidad de las personas.
Por eso, como de alguna manera diría Miguel de Unamuno, prefiero ser yo mismo, un ser auténtico capaz de manifestarse, tomando propias decisiones, abriéndose paso hacia el mundo sin discriminar a nadie, pero sí, reconociendo por encima de cualquier cosa, al ser que por fe y reconocimiento me dio la vida y me sostiene hasta hoy.
¡Yo soy quien soy, gracias a Cristo! y gracias al amor insaciable de personas de distintas clases y condiciones, de diferentes etnias y culturas, de diversos géneros y estilos, y de diferentes etapas de la vida. No te limites, uno nunca sabrá quién será la persona que mañana le tenderá la mano; el único amigo fiel es Jesús, él no falla. ¿Ven, por qué no es satisfactorio perseguir a los demás por la perspectiva de vida que reproduce?
Fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, moldeados para convivir en armonía a partir del criterio y forma de ser de cada persona. Procuremos desprendernos del efímero, ruin y aniquilador flagelo de la indulgencia; utilizada como forma de vida o plataforma a través del cual, los inescrupulosos, incapaces y enemigos de la sociedad y el bienestar colectivo, juegan con la vida y honra de los demás, convirtiéndose en unos adornos míseros poco representativos del universo, que por falta de iniciativas y talante entregan su alma a cualquier demonio para que les monitoree y les oriente como peones hambrientos,  incapaces de identificar el talento que les ha sido otorgado por Dios. Servirle a alguien con respeto o reconocer a nuestros jefes, nunca será sinónimo de servirle a un esclavista, oportunista, y ejecutivo moderno, por llamarlo así, para hacerle daño a los demás.
No seamos tiranos. Respetemos  la personalidad y la libre expresión de las personas; no hacerlo representaría la forma de esclavitud más soterrada que se experimenta en pleno siglo XXI, y es tan cruda y sanguinaria como las primitivas formas de represión. Una persona sin ideología, es a mi manera de ver, como un ser sin espíritu, no piensa ni toma partido en la construcción de una sociedad más digna. Otros oportunistas lo hacen por él. No esperen nunca que un crítico, y si desean satanizar el término --un revolucionario--  les pida permiso para compartir con los demás y reflexionar de manera libre y espontánea sobre las cosas fundamentales de la vida, en aras de vivir su propia experiencia, porque si eso sucediese, simple y llanamente señores, quedaría insípido, convirtiéndose en un despreciado ridículo.
Si algún terco me preguntara: ¿a qué cuadrícula o partido político perteneces? simplemente le respondería que soy enemigo de las limitaciones extremas. No soy de aquí, mucho menos de allá. No soy liberal porque considero niegan la existencia de Dios y reproducen el libertinaje, pero con muchos de ellos trato. Prefiero, sin ser conservador, conservar mi temor a Dios, y los valores espirituales y morales necesarios para la armonía social.
No deseo ser de la “R” ni de la “U” porque para construir Justicia Social se requiere de dos palabras formadas por catorce signos que revitalizan y le dan sentido a la vida de los pueblos, donde todo el mundo tiene acceso a los servicios y materia prima del medio. ¿A caso no es verdad que esa realidad no es posible construirla solo con “R” o  “U”?
Tampoco soy amigo de los cambios radicales, porque estos son sesgados, dogmáticos, excluyentes, totalitaristas y arremetedores; para eso, existen el dialogo, las concertaciones abiertas y los procesos inclusivos. Prefiero “no tirarme la soga al cuello” porque fundamentado en la fe de Cristo, le temo; y reconozco en mis hermanos a seres humanos valiosos que se pueden equivocar.
Prefiero volar como las águilas, fortaleciendo miperspectiva de vida, y proyectando mi imagen sin deteriorar la de los demás. La vida, en ese sentido, no es un juego; es una realidad que debemos afrontar con determinación y libertad.Porque como aparece escrito en un mural, a las afuera de la Institución Educativa Femenina de Enseñanza Media y Profesional de Quibdó (IEFEM),  En este mundo, lo de  cada quien es tan importante, que sin lo de él, la estabilidad del todo entraría en cris